diumenge, 4 de desembre del 2011

El preso, la pintora y dos muertos

La huida de un reo de la cárcel con su profesora de arte acaba con dos fallecidos a tiros en Murcia - La pareja dejó malherido al exnovio de ella tras robarle

REBECA CARRANCO - Barcelona

Mar S. subió a la habitación 204 de un hostal de Mazarrón (Murcia) junto a Jorge S. Era miércoles, 16 de noviembre. En la recepción pidieron refrescos y café. La policía encontró después restos de cocaína y güisqui en la habitación. Por la noche, Jorge bajó a la calle y, presuntamente, mató a tiros a un hombre de 32 años y a un joven de 16. La Guardia Civil le detuvo en el acto. En ese momento iba solo. Cuatro días después, los Mossos d'Esquadra arrestaron a Mar en su casa de Barcelona, acusada de intentar asesinar, junto a Jorge, a su exnovio. La pareja llevaba varios meses huida, recorriendo España en un coche robado, con la matrícula cambiada, e identidades falsas.

La mujer, de 37 años, ha sido el gran misterio del doble crimen de Mazarrón. Varios testigos aseguraron que vieron a una chica rubia con el presunto asesino, pero no está claro si le acompañaba en ese momento. Después de que él disparase en el pecho a un hombre ecuatoriano, y en la cabeza a un chico que paseaba a su perro, ella desapareció. Jorge no conocía de nada a sus víctimas. La Guardia Civil baraja la hipótesis de que el hombre padezca algún trastorno mental.

Además de la tentativa de asesinato, Mar está acusada de robo con violencia e intimidación, falsificación de documentos públicos y usurpación de estado civil. Una ristra de delitos que acaban con los inexplicables crímenes de Mazarrón, pero que no están relacionados directamente con el episodio. El viaje empieza mucho antes, en el Centro Penitenciario de Hombres de Barcelona, conocido como La Modelo. Mar impartía clases en los talleres de pintura. Allí conoció a Jorge, de 41 años, con el que se embarcó en una relación sentimental, según fuentes policiales. Él colecciona antecedentes: a los 15 años fue arrestado por primera vez y, desde entonces, acumula 38 detenciones policiales, la mayoría por robos con violencia y atentados contra la autoridad. En 2002, intentó fugarse de la cárcel catalana de Quatre Camins.

Mar llevaba al menos desde 2003 dando clases en la prisión, recuerda un compañero de trabajo en aquella época, Eduard Girbau. Las paredes, la puerta, la ventana... El aula entera era un lienzo para los alumnos, que aprendían con ella cada día, de las tres a las siete de la tarde. La mujer, además, compartía la sala con su madre, que por las mañanas daba clases de mosaico en la misma cárcel.

"Solía elegir a dos personas, que vigilaban al resto, porque había materiales que podían ser peligrosos, como las espátulas", recuerda Girbau. Define a Mar como una persona con "un punto bohemio", inquieta, que se preocupaba por enseñar las nuevas técnicas que aprendía a sus alumnos. Según consta en su Facebook, estudió en La Llotja, una escuela de arte y diseño. La familia ha declinado hablar.

En ese contexto, conoció al hombre que la llevó a Mazarrón. Pero antes robaron juntos al exnovio de ella, según fuentes policiales. Ocurrió el 22 de julio. Entonces, Jorge ya había quebrantado el permiso de libertad condicional. A la una de la madrugada del viernes llamaron al timbre del hombre, que les abrió la puerta. Le robaron una Play Station, una cámara réflex, un Ipad, un ordenador portátil, una cadena de oro, relojes, un Iphone, tarjetas de crédito y 3.000 euros en metálico, según esas mismas fuentes. Al hombre lo dejaron en el piso, con un hilo de vida, herido a navajazos.

Los vecinos escucharon a alguien pedir socorro, pero lo atribuyeron a una disputa callejera. Finalmente, el agua que salía del piso provocó filtraciones en la vivienda aledaña. Los ladrones habían dejado los grifos abiertos.

Mar ha asegurado a la policía catalana que se vio arrastrada al viaje criminal en contra de su voluntad. Que Jorge la amenazó. Incluso que la agredió sexualmente. Pero los Mossos otorgan poca credibilidad a su versión. La mujer se esfumó de Mazarrón sin dar parte a las autoridades. Aseguró que viajó a Barcelona porque estaba preocupada por su familia. Varios allegados le recomendaron que se entregara a la policía, según esas mismas fuentes, pero no hizo caso. Al final, fue detenida en su casa.

A Girbau le cuesta creer que su antigua compañera sea culpable. "Sé que Mar es inocente", garantiza. Y critica la gestión del centro penitenciario. La mujer tenía un expediente disciplinario abierto como trabajadora laboral. En "radio patio" lo atribuyen a su relación con un preso, cuenta Girbau. "No es raro, los presos se ligan todo", bromea el ex profesor de informática de La Modelo, que fue expulsado tras varios enfrentamientos con su coordinador.

La Guardia Civil encontró a Jorge mucho dinero al detenerle. Según La Verdad de Murcia, los agentes investigan si había robado antes algún banco. Los Mossos no descartan que pertenezca a la expareja de Mar. Tras ser víctima del brutal robo, él explicó a la policía catalana que había prestado dinero en varias ocasiones a la mujer, con la que mantuvo una relación tormentosa.

Todo lo sucedido a Mar no cuadra con la imagen que tiene de ella Girbau. La define como una persona alegre, de una familia de artistas (su padre también se dedicaba a la pintura), con una vida social activa. Incluso llegó a abrir una sala de exposiciones en el barrio barcelonés de Gracia, según él. "Pero la cerró al poco tiempo", explica Girbau.

Antes de los talleres de pintura en la cárcel de La Modelo, ella, su madre y su hermano colaboraron con una empresa que impartía clases artísticas. La prensa local se hizo eco de un mosaico modernista que los presos elaboraron en una plaza de Barcelona.

Girbau cuenta también que Mar ha sufrido más de una baja por depresión y por problemas pulmonares. Ella, "como todos", dice el hombre, "se enfrentaba con su jefe". "Se le inflaba la vena", recuerda con una sonrisa. Fuentes policiales apuntan a que la mujer habría intentado quitarse la vida en más de una ocasión.
Fuente: elPaís.com